Los minerales

Puede que no lo sepas, pero tu cuerpo está lleno de acción. ¡Combates emocionantes, construcciones y mantenimientos día y noche! En parte gracias a: los ...¡MINERALES! Los minerales son elementos, pero sobre todo, nutrientes que obtienes de la comida. Tienen varias funciones que cumplir en el cuerpo. Algunos de ellos incluso aúnan fuerzas y actúan como antioxidantes. ¿Qué son los antioxidantes?

Pues... ¡Socorro! ¡Una banda de radicales oxigenados ataca al interior del Cuerpo! ¡Oh, no! El Cuerpo está envejeciendo demasiado rápido. ¡No tengas miedo! ¡La ayuda está de camino! Te presento a los superhéroes de las células: Los Antioxidantes. Los antioxidantes son vitaminas y minerales que protegen a las células del Cuerpo contra aquellas moléculas de oxígeno dañinas: también llamadas Radicales Libres. Los radicales libres son los restos del metabolismo del Cuerpo.

Son moléculas de oxígeno con un electrón de sobra. Al intentar sujetar este electrón en el Cuerpo, las células se descomponen más rápidamente, con lo que tu cuerpo envejece antes de tiempo. Los antioxidantes inmovilizan a este electrón sobrante. El cuerpo necesita unos veinte minerales diferentes. Sólo cinco de ellos son antioxidantes: el selenio, el zinc, el magnesio, el cobre y el manganeso.

Pero estos minerales súper importantes no sólo son superhéroes; también realizan trabajos muy importantes de día. El zinc refuerza las defensas inmunológicas, el metabolismo y la producción de insulina. También es tu particular especialista en belleza, que se ocupa de tu pelo y de tu piel. ¿Quieres tener zinc luchando por ti? Entonces tienes que comer esto: ¡El selenio es muy poderoso! Lucha contra los signos de la edad y estimula las defensas inmunológicas y el hígado.

Ayuda expulsando las toxinas a patadas del Cuerpo. Cuando el magnesio no está combatiendo los radicales libres, trabaja fortaleciendo los dientes, el esmalte y los huesos. Para ello colabora mano a mano con su mejor amigo, el calcio, y su primo, el fósforo. El calcio no es un antioxidante, pero es importante para los dientes y el esqueleto. También combate alergias e infecciones.

El fósforo, entre otras cosas, forma los dientes y huesos, y tu material genético: el ADN. Oh, ¿y este quién es? Es el sodio tal como lo encontramos en la sal. Normalmente es un buen chico... Pero él y el calcio no se llevan nada bien.

Demasiado sodio en el Cuerpo e intentará echar el calcio a patadas. Afortunadamente, el sodio se lleva bien con el potasio. Se equilibran perfectamente. Igual que en las células, donde equilibran las cargas eléctricas. Y como también equilibran la sal y el agua en el Cuerpo, mantienen la presión sanguínea bajo control.

El sodio aumenta la presión sanguínea; el potasio la baja. El manganeso actúa en la hormona más importante de la glándula tiroidea: la tiroxina. Y le encanta asociarse con el cobre y el zinc, para combatir a los radicales libres. El cobre es un poco engañoso: venenoso en dosis demasiado grandes, pero genial en dosis pequeñas. El cobre también transporta el hierro en el flujo sanguíneo.

El hierro no es un antioxidante, pero aun así es un héroe- se asegura de que la sangre transporte el oxígeno por todo el Cuerpo. ¿Te has preguntado alguna vez de dónde sacan el pelo y la piel su color? El cobre crea un pigmento de negro, marrón y tonos rojos, llamado melanina. La melanina oscurece la piel cuando ésta se expone a la luz solar. La iodina y el cromo no son antioxidantes, pero sí minerales muy importantes. La iodina combate el bocio- una hinchazón en la glándula tiroidea...

y el cromo reduce las grasas en sangre, y mantiene el colesterol bajo control. ¡Los minerales son increíbles! Y a la mayoría sólo los necesitamos en cantidades diminutas. Son oligoelementos. Con una buena alimentación consigues fácilmente los minerales que necesitas. ¡Hey! ¿A dónde se han ido? Oh, seguramente a luchar contra los radicales libres o...

a hacer que tu cuerpo funcione correctamente.