Hábitos alimenticios
¿Cuáles de las siguientes alternativas son alimentos inteligentes que te hacen estar alerta?
Hola, León. Pareces cansado. ¿Tienes mucho que hacer? Sí. Uf. Tenemos un partido importante, así que estoy entrenando un montón.
Y tengo que estudiar para un examen. Pero estoy siempre tan cansado, ¡que no me entero de la mitad de lo que pone en los libros! ¡Qué fuerte! Pero, ¡oye! Hay unas cuantas cosas que puedes hacer para tener más energía y pensar mejor. ¿Quieres probar? Sí. ¡Vale, genial!
Empecemos por la comida. Las patatas fritas y los caramelos están ricos, pero no son precisamente alimentos que te hagan estar alerta o ser más inteligente. Cuando tienes hambre o antojos, es fácil coger algo que sea rápido de preparar. Pero si lo que quieres es darles a tu cuerpo y a tu cerebro buena energía, hay otras cosas que tienes que tomar. Como por ejemplo, un bol de yogur con copos de salvado y pasas.
O un bocadillo de pan integral, con queso o hummus y una zanahoria. O fruta y algunas almendras. La comida que mejor te va es la que contiene una combinación de varias cosas: Proteínas... Vitaminas, minerales y fibra... Las grasas...
Y... los carbohidratos, que dan un montón de energía, se encuentran sobre todo en el arroz, las patatas, la pasta, el pan y los fideos. Pero los carbohidratos son engañosos. Existe una diferencia entre los carbohidratos rápidos y los lentos. Cuando comemos, digerimos la comida y entra en la sangre en forma de azúcar.
El nivel de azúcar aumenta. A los carbohidratos rápidos se les llama rápidos porque se digieren rápidamente, con lo que el nivel de azúcar en la sangre aumenta en poco tiempo. La energía que obtienes de los carbohidratos rápidos no dura mucho. Tu cuerpo enseguida vuelve a tener hambre y a estar cansado. Digerir los carbohidratos lentos lleva más tiempo, y también pasarlos a la sangre en forma de azúcar.
Eso hace que tu nivel de azúcar sea más estable, lo cual es bueno para ti. Te sientes saciado durante más tiempo, y tu cerebro aprende y recuerda mejor. Los carbohidratos lentos se encuentran en las verduras, las legumbres, la fruta y en el pan integral y los cereales. Los carbohidratos rápidos se encuentran en el pan blanco, las patatas, el arroz blanco y los dulces. Y, por supuesto, en el azúcar. Échale un vistazo a los ingredientes de una barra de pan, de las galletas saladas, de un zumo de frutas, de algunos cereales o de un yogur de sabores. ¿Tienen azúcar?
Las comidas precocinadas suelen tener muchos azúcares añadidos. Añadir azúcares es una manera barata de hacer que la comida sepa mejor y se conserve durante más tiempo. Pero los azúcares añadidos aportan muchos carbohidratos rápidos, sin ofrecer ningún otro tipo de nutriente más. A tu cuerpo le irá mejor si limitas el consumo de tentempiés, dulces y otros productos con muchos azúcares añadidos, a una o dos veces por semana. ¿Qué? Pero, ¡si a mí me apetecen esas cosas a todas horas! ¿Por qué me apetecen tanto si no son buenas?
Sí, León. ¿Por qué tenemos tanto anhelo de azúcar? ¿Le pasa algo malo a nuestro cuerpo? No. Sólo que nuestro cuerpo es viejo. Nuestros cuerpos se comportan casi igual que como lo hacían hace cientos de miles de años. A lo largo de la evolución, nuestros cuerpos se desarrollaron para encajar en una vida donde no siempre había suficiente alimento.
Si conseguías algo lleno de energía, hacías bien en comértelo todo. Porque: ¿Quién sabe? Podía ser que al día siguiente no hubiese nada que comer. ¡El antojo de azúcar y grasas nos ayudó a sobrevivir! Hoy en día muchos de nosotros tenemos al alcance de la mano comida rica en energía. ¿Lo entiendes, León? ¡Claro! ¿Quién sabe si mañana habrá algo que comer! ¡Mejor acabarlo todo hoy! ¿León? Intenta pasar una semana sin comer nada con azúcares añadidos, y verás que tendrás menos antojo de azúcar.
Sí, sí, lo pillo. ¡La semana que viene!