Fuentes de energía fósiles
¿Qué significa estar comprimido?
Hace millones de años, antes de que existieran los dinosaurios, había muchas plantas y muchos animales de aspecto extraño. Cuando morían, sus restos se quedaban y comenzaban a descomponerse. Con el tiempo, el viento y la lluvia hacían que los restos se cubrieran de capas de arena, sal, roca y agua. A medida que aparecían más capas, los restos se comprimían lentamente. El azufre del subsuelo profundo reemplazó partes de restos de plantas dejando una sustancia rocosa oscura: el carbón.
Los restos de plantas y animales marinos se convirtieron en un líquido aceitoso espeso, petróleo. Otros, en paquetes de gas natural como metano. La energía de las plantas y los animales se almacenó en estos depósitos como fósiles de energía. El carbón, el petróleo y el gas natural se consideran combustibles fósiles. Cuando los humanos descubrieron que la energía química se almacenaba en ellos, excavaron el carbón, bombearon el petróleo y extrajeron los gases naturales.
La quema de carburantes fósiles emite grandes cantidades de energía térmica. Las centrales eléctricas de combustibles fósiles convierten la energía recogida en energía eléctrica. Luego se deben desenterrar más combustibles fósiles. Y el proceso vuelve a empezar. Estos combustibles tardaron millones de de años en formarse y, con el tiempo, los depósitos se agotarán.
Son fuentes de energía no renovables. Cuando los combustibles fósiles se queman, emiten gases nocivos como dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, así como mucho dióxido de carbono que se suma al calentamiento global. Algunas centrales eléctricas añaden un filtro que captura algunos de los elementos dañinos de los que libera la quema de combustibles. Este impide que se expulsen al aire y a esto se le denomina sistema de captura. La quema de combustibles fósiles también emite un residuo negro llamado hollín.
El hollín de mucho tiempo se acumula en superficies como la tubería por donde sale el humo de la chimenea de descarga. La chimenea de descarga debe limpiarse para evitar que se obstruya. Esta central eléctrica usa gas natural. Quema gas para producir energía térmica. Esta energía convierte en vapor el agua calentada en las tuberías superiores.
El vapor acciona una turbina y un generador que produce corriente eléctrica. Pero la energía térmica es un tipo de energía llena de inconvenientes. Se dirige hacia afuera en todas las direcciones, por lo que se pierde mucha. Sólo cerca de un tercio de la energía química del gas se convertirá en energía eléctrica. Las otras dos terceras partes se pierden en forma de calor.
Las centrales eléctricas de carbón y petróleo operan con el mismo principio que las de gas natural. No obstante, la tecnología está mejorando. Las centrales eléctricas de gas natural más recientes usan dos turbinas en vez de una sola. El gas caliente acciona una y el vapor impulsa la otra. Hay dos ciclos.
Así, la central eléctrica convierte dos tercios de la energía química del gas en energía eléctrica. Sólo se pierde un tercio como exceso de calor. Es más eficiente energéticamente. Los combustibles fósiles pueden ser dañinos para el entorno y limitados, pero producen mucha más energía que la mayoría de las fuentes renovables. A escala global, las centrales de combustibles fósiles generan un poco más del 65 % de la electricidad mundial.
Sin embargo, deberemos hallar alternativas en el futuro porque no tendremos combustibles fósiles para siempre, a menos que no nos importe esperar algunos millones de años para que se formen más combustibles fósiles.