La historia de la química

Un súpermicroscopio para ver cómo se mueven las moléculas en los músculos. Medicamentos que cambian la forma en que funcionan las células del cuerpo. O investigaciones que nos ofrecen la cura para el cáncer. Estos son ejemplos de química moderna que han sido premiados con el Premio Nobel en los últimos años. Pero todo comenzó hace mucho tiempo.

A lo mejor fue así como las personas probaron la QUÍMICA por primera vez. La carne asada no es solo más sabrosa que la carne cruda. Es más fácil de masticar y se mantiene más tiempo. Eso se debe a las reacciones químicas en la carne, desencadenadas por el calor del fuego. Hace miles de años, nos dimos cuenta de lo que le pasaba a una masa, hecha de harina y agua, cuando se dejaba reposar por un tiempo.

Diminutos hongos y bacterias en la masa se comían la harina y liberaban dióxido de carbono. Y la masa fermentaba. El pan que se trataba así era más sabroso y saludable. Y duraba más tiempo. Aún hoy en día, el pan se fermenta con casi los mismos métodos.

Los primeros químicos profesionales aparecieron hace cinco mil años. En Egipto, los sacerdotes evitaban que los cadáveres de los ricos se pudrieran. Los recubrían con sal y especias que deshidrataban los cuerpos e impedían el ataque de bacterias. La gente pensaba que los muertos recobrarían la vida algún día, y por eso los cuerpos tenían que conservarse lo mejor posible. Hoy usamos sal y especias para conservar el pescado y la carne.

Hace dos mil años, en la ciudad egipcia de Alejandría, trabajaba una química llamada María. Intentaba crear sustancias nuevas a partir de la mezcla de otras. El sueño de muchas personas era hacer ORO. ¡Imagínate lo rico que podrías ser! Solemos llamar a los creadores de oro de esa época alquimistas, para distinguirlos de los químicos actuales. En realidad, tanto la palabra «química» como «alquimia» derivan de la palabra árabe al-kimia. ¿Por qué ningún alquimista se hizo superrico? ¡Fácil!

Porque no puedes crear oro mediante una mezcla de otras sustancias. Bueno, eso no es del todo cierto… Hubo alquimistas que descubrieron que el oro se disolvía en mercurio. Y formaba una pasta gris fea: amalgama. La amalgama se podía calentar para que el mercurio se evaporara. Lo que quedaba era ORO PURO.

Es obvio que solo se trataba del oro que el alquimista ponía allí primero… Pero algún que otro rey codicioso fue engañado, y compró esta fórmula por grandes cantidades de dinero. ¡Por su parte, el estafador huía rápidamente al extranjero! Atrás se quedaba el equipo que el alquimista había utilizado para evaporar el mercurio: el destilador. ¡Que de hecho todavía se usa hoy en día en laboratorios químicos! No fue hasta finales del siglo XVIII cuando nació la química moderna. Entonces, empezamos a entender que todo está construido a partir de elementos. En Francia, Antoine Lavoisier prendió fuego a una mezcla de hidrógeno y oxígeno, y ¡PUM!: se convirtió en agua.

Fue una prueba simple de que el agua es un compuesto de los elementos hidrógeno y oxígeno. Más tarde, la química se convirtió en una ciencia propia: a mediados del siglo XIX, el ruso Dmitrij Mendelejev descubrió que los átomos de todos los elementos varían en cuanto al peso. Organizó los elementos en una tabla que todavía usamos: el sistema periódico. La siguiente fase del desarrollo se produjo cuando los químicos se adentraron en el núcleo del átomo. Marie Curie investigó la radiactividad a comienzos del siglo XX; sus descubrimientos derivaron en la máquina de rayos X.

Fue galardonada con el Premio Nobel DOS VECES: en física y química. A mediados del siglo XX, los científicos hallaron lo que controla cómo se forman las células en el cuerpo. Es una molécula enorme llamada ADN. Su conocimiento puede ayudar a prevenir enfermedades como el cáncer y otras hereditarias. Jenny, si fueras química, ¿en qué te gustaría trabajar? ¡Me gustaría ayudar a los médicos a eliminar las enfermedades!

Y encontrar nuevos materiales ecológicos. ¡Yo voy a inventar una pastilla que le dé a mi conejo superpoderes!