Todo está compuesto por átomos

Oh, solo queda un terrón de azúcar. Puedes coger la mitad si quieres. ¿Qué pasaría si pudiera seguir partiendo los trozos a la mitad? Que cada vez se harían más pequeños. ¿Podrían ser infinitamente pequeños? ¿O el trozo de cualquier cosa puede ser tan pequeño que no se pueda partir? Esa es una buena pregunta, Michael. Los filósofos de la Antigua Grecia se preguntaron lo mismo hace más de dos mil años.

No solo sobre los terrones de azúcar, sino sobre todo lo que nos rodea. ¿Se puede descomponer la materia en partes infinitamente pequeñas? ¿O está hecha de partículas que son indivisibles? Los griegos denominaron a esta partícula tan indivisible «átomos». Aumentaremos el zoom de un grano de azúcar en casi un millón de veces. Es justo el margen que pueden mostrar nuestros microscopios más potentes. Y ahí están: los átomos.

Estas diminutas cosas en forma de bola componen toda la materia. Excepto la luz y el calor y algunas otras formas de radiación, todo lo que nos rodea está hecho de átomos. Existen más de cien tipos diferentes de átomos, distintos elementos. Se diferencian en tamaño y peso, y en cómo se unen a otros átomos. La mayoría de las sustancias constan de átomos de diferentes elementos; se trata de compuestos.

Como el azúcar. Se compone de tres elementos: carbono, hidrógeno y oxígeno. Un azucarillo contiene unos doscientos mil millones de billones de átomos. Si escribes ese número, es un dos seguido de 23 ceros. Hay aproximadamente la misma cantidad de átomos en un azucarillo que granos de arena en la Tierra, incluidos todos los desiertos y los fondos oceánicos.

Así que para responder a la pregunta de cómo puedes dividir la materia: si divides un terrón de azúcar en dos y continúas dividiendo los trozos 77 veces, se reducirá a un solo átomo. Pero la palabra «átomos» (indivisible) no fue una elección muy buena. Los mismos átomos están hechos de partículas aún más pequeñas. Pero eso lo dejaremos para otra ocasión.