Los cambios físicos y químicos

Aquí vemos un terrón de azúcar. Está formado por un tipo de sustancia: el azúcar. Si lo trituramos, sigue siendo la misma sustancia: azúcar. Podemos mezclar el azúcar con arena y sigue siendo la misma sustancia. Podemos derretir el azúcar, lo que tampoco modifica el tipo de sustancia.

Cuando el azúcar derretido se enfríe, volverá a su forma sólida de nuevo y será como antes. Pero si te comes el azúcar, algo nuevo ocurrirá. Se desintegrará en tu cuerpo. Dentro de las células, el azúcar experimentará reacciones químicas y se transformará en otras sustancias. Ya no volverá a ser azúcar. ¿Ves la diferencia entre estos ejemplos?

Si… trituras el terrón de azúcar, lo mezclas con otra cosa o… lo derrites…, sigue siendo azúcar. Pero, en el cuarto ejemplo, cuando el azúcar reacciona dentro del cuerpo, deja de ser azúcar y se transforma en otras sustancias. En este caso, se forman dióxido de carbono y agua. Por lo tanto, una sustancia puede experimentar dos tipos de cambio. En un cambio físico, seguimos teniendo la misma sustancia antes y después, aunque a veces parezca distinta.

Después de un cambio químico, ya no tenemos la sustancia con la que comenzamos, sino que se transforma en otras sustancias. Por lo general, es fácil invertir un cambio físico. Podemos recoger los cristales de azúcar de la arena, o dejar que el azúcar derretido se enfríe para que se vuelva a solidificar. Pero suele ser más difícil invertir un cambio químico. Veamos dos ejemplos más.

Derritamos el azúcar de nuevo, pero esta vez, sigamos calentándolo. El azúcar empieza a cambiar de color, huele de otra forma y se convierte en: azúcar caramelizada. ¿Es un cambio físico o químico? Si lo dejamos enfriar, se vuelve sólido de nuevo. Pero conserva su color marrón y el olor a quemado. Ya no va a ser tan fácil recuperar el azúcar blanco.

Si el azúcar se ha quemado, ha pasado por una reacción química. ¿Qué pasa si disolvemos el azúcar en agua? ¿Es un cambio físico o químico? El azúcar ya no tiene el mismo aspecto que antes. De hecho ¡no se puede ni ver! Pero si dejamos que el agua se evapore… volveremos a recuperar el azúcar blanco. Disolver el azúcar en agua es un proceso bastante fácil de invertir: es un cambio físico.

Triturar, mezclar, disolver, derretir o hervir algo son ejemplos de cambios físicos. Seguimos teniendo la misma sustancia que al principio, y es bastante fácil revertirla a la forma con la que empezamos. El otro tipo de cambio es el cambio químico, donde la sustancia original se convierte en otras sustancias. Después de producirse un cambio químico, suele ser difícil volver a las sustancias con las que empezamos.